El conjunto urbano de Belver se extiende sobre una terraza situada sobre la margen izquierda del río que da nombre al pueblo, enfrente de la ermita románica de Chalamera.
Interesante resulta la arquitectura popular del casco urbano, con casas que se remontan al siglo XVI, dotadas de grandes portales adintelados y salientes aleros. El clásico estilo renacentista aragonés se da con profusión en las calles de Belver.
El topónimo equivale a ’torres de señales de castillo’. Dentro del término municipal hubo dos poblados de origen ilergete: Ficena y Orsuyera, documentados en 1089, durante la fijación de límites del reino de Monzón. Tras la llegada del Temple (1143), pasaron a engrosar la encomienda monzonera, dentro de la jurisdicción de su subalterna Chalamera. Ambos poblados quedan suprimidos cuando los templarios decidieron fundar Belver de cinca, teniendo la singularidad de contar con acta de nacimiento, fechada el 2 de septiembre de 1240.
Regado por el Canal de Aragón y Cataluña, posee una importante actividad frutícola y ganadera, mayoritariamente de economía familiar. También existe una zona de huerta regada por el río Cinca con un enorme potencial mediambiental todavía por descubrir.
La propiedad individual incluye varias fincas de hasta 2.000 has. (Monte Julia, Valonga, San Miguel) con reconocida presencia en el sector vinícola a través de la denominación ’Vinos de la Tierra del Valle del Cinca’ cuyas bodegas Monte Julia, Valonga y ’Nuviana’ de la empresa CODORNIU son exponentes de la pujanza de dicho sector.
La necesidad de adaptación que marca el paso del tiempo no ha sido ajena a la historia de Belver de Cinca. De tal suerte que, de una producción exclusiva de forrajes y cereales, almendro, oliva y viña ’hace ya muchos años’, se pasó también a la producción frutícola - fundamentalmente melocotón - que, debido a distintos factores arroja una calidad excelente.
velver de cica
